Pues esto es lo que pretendía hacer si Llongueras no le hubiera parado los pies.
Dicen que los genios se atraen y Dalí y Llongueras fueron amigos desde que se conocieron hasta que murió el pintor.
Pero mejor te contamos cómo empezó esta historia de amistad entre los dos artistas…
Corría el año 1958 cuando Salvador Dalí fue invitado a la inauguración de la segunda peluquería de Lluís Llongueras en Barcelona.

En la fiesta, Dalí se ofreció para hacerle un escaparate a la recién inaugurada peluquería asegurando al peluquero que no pasaría inadvertida entre los transeúntes.
- Voy a romperte el cristal del escaparate – Le dijo.
Dalí estaba convencido de que el resultado sería espectacular y una obra de arte.
Lo que Llongueras no podía comprender entonces era el concepto del escaparatismo de Dalí: puro merchandising para llamar la atención de los que paseaban por la ciudad.
Porque el escaparatismo o visual marchandising busca eso: captar la atención de la gente para que entren al interior del negocio mediante la utilización de elementos decorativos y persuasivos.
Pero entonces esos eran conceptos todavía desconocidos. Dalí se adelantaba a la comprensión de sus coetáneos.
Y lo primero que pensó Llongeras fue que todavía no había terminado de pagar el cristal y se negó en rotundo a que el genio llevara a cabo su locura.
Tras la negativa del peluquero y como presente de buena voluntad, Dalí le regaló el dibujo de una estrella de la buena suerte deseándole muchos éxitos en su peluquería.

Años después, Llongueras dijo:
- Si no hubiese sido tan tonto, tendría un Dalí para siempre, pero pudo más la idea de que el cristal todavía estaba sin pagar...
Desde hace tiempo que los comerciantes y las marcas se esfuerzan en tener un escaparate atractivo, que proyecte la personalidad de la marca.
Y es que una imagen de marca en los exteriores de un negocio puede contribuir a que un potencial cliente termine por entrar y comprar.
Las empresas lo saben, y se esfuerzan en proyectar la imagen de su marca en sus locales. Es justo lo que Dalí quería hacer por Llongueras.
Una pena que el peluquero lo comprendiera más tarde.
En Namar Brand Factory queremos ser esos artistas que te ayuden a materializar tus ideas y a proyectar tu marca en cualquier tipo de soporte físico.
¡Atrévete a hacer algo diferente para que tu marca capte la atención y sea recordada!
¿Hablamos?